Mobirise


“Estoy dispuesto a dar mi vida por ti”

Jn 13,37

bootstrap html templates

Una hora con el Señor

Te proponemos que vuelvas al evangelio de hoy, si no lo has leido aún. Después medita despacio con la siguiente reflexión que hemos praradao para hoy, y termina con la oración:

1. Evangelio según San Juan (13: 21-33, 36-38)

2. Reflexión personal

Siéntate cómodo en tu habitación, y en el silencio que te acompaña o con esta música . Trata de traer a la mente y a tu corazón a aquella persona a la que un día dañaste, aquella situación en la que no obraste con amor, aquella vez que negaste al Señor o que no le quisiste como Él te ama a ti. Teniendo presente aquello que sucedió pones las manos en tu pecho, respiras profundamente y pides perdón. Pide perdón con todo tu corazón, y pide perdón con tu propia voz, escúchate como ese “Perdón”, resuena dentro y fuera de ti. Respira y siente cómo ese perdón te acerca más a Cristo. 

Del mismo modo, ahora lleva a tu corazón a esa persona que un día te hizo daño, ese dolor que un día te causaron, aquello que un día te sucedió. Obsérvalo en tu corazón, siéntelo, tomate de nuevo un tiempo para hacerlo presente dentro de ti, y una vez teniendolo en ti de nuevo aquello que ocurrió, aquella persona que te hizo daño, sonríe respira profundamente y perdónalo, pon tus manos en tu corazón y coge aire de nuevo para decir con tu voz : Te Perdono. Y observa y siente dentro de ti cómo aquello que te dañaba se hace más débil, y tu te acercas más al amor de Dios. 

Por último, ten en cuenta que estos días son estupendos para la reflexión profunda en los que la Iglesia nos invita a acercarnos al sacramento de la confesión con el fin de estar preparados para vivir la Vigilia Pascual y el gran acontecimiento de la Pascua. Y creemos que es un buen momento para que en la medida de lo posible puedas pedir perdón y perdonar. Por eso, te animamos a que, si tienes oportunidad, fortalecete del amor de Dios, y de la misericordia de Jesús en estos días, y haz esa llamada que tanto te cuesta y que a su vez, tanto te va a acercar a Cristo, haz esa llamada en esta cuarentena, en este Martes Santo, a esa persona que has perdonado, en esta reflexión, a esa persona que has de pedir perdón, y díselo. 

Gaëlle Holguera.


3. Oración

AYÚDAME, SEÑOR, A SER MISERICORDIOSO

Ayúdame, Señor, a que mis ojos sean misericordiosos,
para que jamás recele o juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.
Ayúdame, Señor, a que mis oídos sean misericordiosos,
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus sufrimientos y quejas.
Ayúdame, Señor, a que mi lengua sea misericordiosa,
para que jamás hable negativamente de mi prójimo,
sino que tenga siempre una palabra de consuelo y de perdón para todos.
Ayúdame, Señor, a que mis manos sean misericordiosas
y estén llenas de buenas obras,
para que sepa hacer a mi prójimo exclusivamente el bien.