Mobirise


“Estoy dispuesto a dar mi vida por ti”

Jn 13,37

bootstrap responsive templates

Evangelio según San Juan (13: 21-33, 36-38)

Te proponemos que reces con el evangelio de Juan junto a la meditación que hace el Papa Francisco de este pasaje:

"Con qué tristeza y estupor escucharían los otros once aquel “uno de vosotros me va a entregar” Pedro reacciona como quisiera haberlo hecho yo: Daré mi vida por ti. Aunque luego caerá en la debilidad de negarte como tantas veces yo. No permitas que se endurezca mi corazón como el de judas, yo tambien soy débil, pero como Pedro, me arrepiento y lloro lo mal que me porto con el amigo. Tu espíritu me anima a levantarme y seguirte hasta, si quieres y me lo concedes, daré mi vida por ti. "


Dicho esto, Jesús se sintió profundamente conmovido y exclamó:

- Os aseguro que uno de vosotros me va a traicionar.

Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros, preguntándose a quién podría referirse. Uno de ellos, el discípulo al que Jesús tanto amaba, estaba recostado a la mesa sobre el pecho de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntase a quién se refería. El discípulo que estaba recostado sobre el pecho de Jesús le preguntó:

- Señor, ¿quién es?

Jesús le contestó:

- Aquel a quien yo dé el trozo de pan que voy a mojar en el plato.

Y mojándolo, se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.

Cuando Judas recibió aquel trozo de pan mojado, Satanás entró en él. Jesús le dijo:

- Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes.

Ninguno de los comensales entendió lo que Jesús había querido decir. Como Judas era el depositario de la bolsa común, algunos pensaron que le había encargado que comprara lo necesario para la fiesta o que diese algo a los pobres. Judas, después de recibir el trozo de pan mojado, salió inmediatamente. Era de noche.

Nada más salir Judas, dijo Jesús:

- Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios será glorificado en él. Y si Dios va a ser glorificado en el Hijo del hombre, también Dios lo glorificará a él, Dios mismo dará a conocer su propia gloria. Y lo va a hacer muy pronto. Hijos míos, ya no estaré con vosotros por mucho tiempo. Me buscaréis, pero os digo lo mismo que dije a los judíos: “Adonde yo voy, vosotros no podéis venir”.

Simón Pedro le preguntó:

- Señor, ¿adónde vas?

Jesús le contestó:

- Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora; algún día lo harás.

Pedro insistió:

- Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti.

Jesús le dijo:

- ¡De modo que estás dispuesto a dar tu vida por mí! Te aseguro, Pedro, que antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces.